sábado, 15 de octubre de 2011


                                        CAMINO DE LA ESCALERUELA  




   Desde la prehistoria, las ciudades de Antequera y Málaga, han sido piezas claves de los procesos funcionales que afecta a un entorno geográfico y humano bastante amplio. 

   Antequera es la portaestandarte del sistema agrícola, especialmente olivarero y cerealista,  y foco de comunicaciones con el valle del Guadalquivir.

   Málaga es la ciudad marítima que, especialmente en la antigüedad, representa la apertura a influencias externas, tanto en lo humano como en lo comercial.  Estas dos ciudades han sido, y son, paradigma particular de la alianza entre el mar y la tierra.

   El desarrollo de los sistemas de transporte terrestre amplió la demanda y provocó una evolución continua de la extensa red primitiva de sendas y caminos de herradura, originando una auténtica selección de una actuación que debemos designar de proyección colectiva y constante.

    Los cartagineses y después los romanos seleccionaron y mejoraron aquellos caminos que más interesaban a sus intereses políticos, guerreros y económicos.

        Una de las vías de comunicación más frecuentada del pasado entre Málaga y el interior de la provincia fue, sin duda, el antiguo camino que unía Antequera con  Málaga, utilizando el paso de la Escaleruela.

   Aunque en los repartimientos se menciona el camino de Almojía,  lo cierto es que  durante algunos siglos anteriores se le denominó como Camino de la Escaleruela.  Según las crónicas, era una de las vías de comunicación más frecuentadas del pasado, entre Málaga y el interior de la provincia. 

   Este camino parte de Málaga hacia el Puerto de la Torre, por la actual avenida de Carlos Haya, (antes camino de Antequera) coincidiendo con la carretera comarcal 3310, hasta el lugar llamado Junta de los Caminos.  Aquí, después de atravesar la Chorrera,  (paso estrecho excavado en el monte)  entra en el Arroyo de la Piedra Horadada.  En la actualidad este arroyo se puede utilizar como camino, incluso para la circulación rodada;  pero en el pasado estaba más encajado, ya que los sedimentos fluviales aumentaron como consecuencia de la  deforestación de los últimos siglos.  El camino iría por la margen izquierda del cauce, coincidiendo durante la II República, para comunicar Campanillas y su vega con la Comarcal 3310.

   Cuando termina el Arroyo de la Piedra Horadada, el camino atraviesa el río Campanillas y sube por la cuesta de los Núñez.  Acabada dicha cuesta, un trozo de este camino, (algo más de un kilómetro)  está aprovechado por una carretera construida en los primeros años de este siglo, que pretendía unir Campanillas con Almogía y que fue abandonada su realización a pocos kilómetros de este pueblo.

   Después, el camino sigue por las Trochas del Pinto, baja por la Cuesta del Almendro y desemboca en la actual carretera que va hacia Almogía, Villanueva de la Concepción y Antequera.   Poco antes de Villanueva de la Concepción, este camino sigue hasta Antequera, por el paso de la Escaleruela y  llega a la misma ciudad utilizando el paso de la Boca del Asno. Los hispanos romanos tuvieron aquí su famosa ciudad de Oscua.  Los islámicos primero, y los cristianos después, tuvieron el castillo de Xévar, cercano a Villanueva de la Concepción que ostentaba la llave del Campo de Cámara considerado como el granero de Málaga.



   EL CAMINO DE OSQUA.-  Las primeras referencias históricas de la existencia de esta vía de comunicación proceden del siglo XV y, aunque en los últimos siglos se nos presenta como un camino de herradura,  hay pruebas suficientes para pensar que fue construido  (al menos hasta el Campo de Cámara)  como un camino apto para la circulación rodada.  (Los Campos de Cámara es el espacio geográfico comprendido entre los montes del norte de Málaga y la sierra del Torcal, perteneciente principalmente a los municipios de Almogía y Antequera)  En unos cinco kilómetros, contando desde el río Campanillas hacia Almogía, y a un kilómetro antes de la antigua Venta de la Gloria, el camino queda encajado en medio de un monte, pudiéndose apreciar el considerable desmonte del terreno.

   A partir de la conquista cristiana, se menciona este camino como algo ya existente en el período musulmán.  Sin embargo, en época musulmana, solamente había dos poblaciones en esta zona y ninguna de ellas justificaba un camino de esta envergadura.  Una era Antequera que, aunque situada en esta dirección, estaba comunicada con Málaga por el valle del Guadalhorce. La otra población era Almogía, situada junto a este camino, pero sin importancia hasta el siglo XV, en que, después de la conquista cristiana de Antequera, se convierte en plaza estratégica para la defensa de Málaga musulmana.

   Consecuentemente, podemos pensar que el origen de este camino, es anterior a la época musulmana, y que se realizó para comunicar Malaca y las ciudades prerromanas o romanas del sur del Torcal.  Tenemos noticias escritas y arqueológicas de tres ciudades situadas en las tierras fértiles del sur de la Sierra de Antequera;  una de ellas, emplazada en Cerro León, junto al referido camino, en las cercanías de Villanueva de la Concepción, y las otras dos, Nescania y Arastipi, situadas respectivamente al Oeste y al Este de la primera.

   Sin duda el motivo principal del camino era comunicar Malaca y la ciudad del Cerro  León, identificada con Osqua, según la opinión de varios investigadores.  (Según el estudio de los restos romanos encontrados en Cerro León, y notas conservadas en el Archivo Juan Temboury de la Diputación Provincial de Málaga, en cerámicas, pedestales, lápidas con inscripciones, bronces, monedas imperiales y púnicas… ha llevado a muchos investigadores a ubicar en este lugar la ciudad de Osqua, aunque hay algunas opiniones contrarias a dicha ubicación)

   Si esta Osqua, citada por Plinio y Tolomeo, es la Ascua que cita Tito Livio, tuvo una importancia capital en época cartaginesa durante la segunda guerra Púnica, ya que Asdrúbal la hizo base de aprovisionamiento para la contienda,  (“urbem Ascuam, quo hostium ingrediens Asdrúbal frumentum commeatusque alios convexerat”)  y la reconquistó con dificultad después de haber caído en manos de indígenas incitados por rebeldes cartagineses.  (Tito Livio,   libro  XXIII, 27.)

   Alrededor del año 200 a.C. la Península Ibérica estaba poblada por los Íberos.  Estos, construyeron el primer asentamiento urbano de que se tienen noticias.  Según Tito Livio, la ciudad de Oscua estaba situada en Cerro León, en un radio de más de diez kilómetros;  y según Temboury, tenía su propia necrópolis, situada probablemente cerca de Villanueva de la Concepción.

   En el año 216 d.C., la ciudad de Ascua fue conquistada por los romanos.  Una parte de los Turdetanos, seducidos por los éxitos de Roma contra los Cartagineses en el Ebro, abandonaron a Cartago, y capitaneados por su rey Chalbus, se sublevaron contra Asdrúbal, hermano de Aníbal y yerno de Amilcar Barca y tomaron la ciudad de Ascua.  (Asdrúbal, m 221 a.C.)  Se distinguió luchando contra los númidas y sucedió a su suegro al frente de las fuerzas que Cartago tenía en la Península Ibérica.  Fundó la ciudad de Cartago Nova, la actual Cartagena.  Murió asesinado y Aníbal le sustituyó.)

   Junto a esta ciudad existían otras como Singilia, Nescania, Arastipi, que los germanos destruyeron junto con Anticaria.

      Dada su importancia, la ciudad de Ascua, tuvo que mantener constantes relaciones con Málaga ya en época prerromana, y con más razón en época romana, siendo el camino antes descrito, la vía de comunicación más idónea.

   Gonzálbes Cravioto, en su libro Las Vías Romanas de Málaga, presenta a Ascua como  “importante nudo de comunicaciones en época púnica”  y citando a Ramón Corzo,  “como el paso obligado de la vía metalúrgica interior que venía de Cástulo a Malaca”.

   Consecuentemente, supone la existencia de una vía de comunicación Malaca-Oscua, que no coincide su trazado, en el tramo comprendido entre Málaga y Almogía, con el camino anteriormente descrito, ya que, según él, esta vía remontaría el valle del río Campanillas, hasta llegar a la venta de las Palomas, y proseguiría hasta Ascua, pasando por Almogía.

   Sin embargo el trazado más idóneo para una vía prerromana o romana Malaca-Oscua, por el recorrido descrito, se apoya en varias razones:

    La huella geográfica, aún visible, en forma de rebajo y desmonte del terreno, que acredita que este camino, de antiquísimo origen, se construyó como una vía amplia y apta para la circulación rodada.
   Utiliza el paso natural, entre Málaga y el Campo de Cámara, más corto y menos dificultoso.
Evita muchos puentes, ya que sigue en gran parte de su recorrido, el interfluvio entre el río Campanillas y los afluentes del Arroyo de Cupiana, pasando a éstos por su nacimiento.
   También evita seguir el valle del río Campanillas, ya que la conservación de esta vía, siguiendo dicho valle, sería muy costosa, debido a las ocasionales, pero caudalosas crecidas del río.
   Como afirma Gonzálbesez Cravioto, desde Ascua la vía romana se prolongaría hasta Antikaria por dos caminos: Por el Este, pasando por Arastipi, y por el Oeste, llegando hasta Nescania, situada en la vía Malaca-Anticaria del valle del Guadalhorce 

   

   EL CAMINO EN ÉPOCA MUSULMANA.-   Con la desaparición de Osqua y de las otras ciudades romanas próximas, hecho que ocurriría a finales del Imperio Romano, el camino perdería importancia y se abandonaría su conservación, quedando ahora principalmente como camino de herradura, que se prolongaría hasta Antequera,  acortando distancia a través del paso de la Escaleruela.
   En época musulmana, frecuentemente se hace referencia a la zona por donde transcurre este camino, ya que Umar Hafsun, fortaleció el castillo de Hins Cámara,   (Guillen Robles, historia de Málaga y su provincia.  Tomo I, pág. 133)  y son muchos los restos de fortalezas y torres musulmanas que situadas en lugares más o menos próximo, defendían o vigilaban las vías de penetración al Campo de Cámara, como las torres de almenaras del Atabal, Reyna, Zambra etc., y los castillos de Santri Petri,  Almogía etc.
     Fue a partir de la conquista de Antequera en 1410 y de la toma inmediata, por parte cristiana, de los castillos de Xébar, Cauche y Aznalmara, cuya ubicación coincide aproximadamente con las desaparecidas ciudades de Osqua, Arastipi y Nescania, cuando los musulmanes tuvieron que proteger esta vía,  haciendo del castillo de Almogía su principal fortaleza.

   También en época musulmana, este camino serviría de medio para llegar a las acreditadas aguas medicinales del Sultán, en las proximidades de Almogía.